¿Pueden los datos ayudarnos a tomar mejores decisiones y más justas con el planeta?
La respuesta es que sí. El volumen de datos disponibles que las empresas están manejando hoy en día ha crecido de manera exponencial durante los últimos años. El gran desafío en estos momentos, es convertir esos datos en información útil y de calidad, mejorando la toma de decisiones de las compañías. Su aplicación para la protección del medio ambiente está contribuyendo a optimizar la eficiencia de empresas importantes del sector energético. Asimismo, está ayudando a diferentes empresas a ser cada día más sostenibles, sea cual sea su sector.
UN OCÉANO DE DATOS HACIA UN FUTURO MÁS SOSTENIBLE
Paso a paso, los países, los grupos empresariales más importantes y, lentamente, la población, se están concienciando de la importancia de cuidar el planeta en el que vivimos. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son la base de la llamada Agenda 2030 sobre el desarrollo sostenible aprobada por la ONU en 2015. Se trata de un total de 17 objetivos, que abarcan desde la eliminación de la pobreza y el hambre, hasta el combate al cambio climático.
En este contexto, el Big Data es un nuevo y poderoso aliado que permite generar nuevo conocimiento y nuevos sistemas que trabajan a tiempo real para conseguir tomar las decisiones más justas y respetuosas con el medioambiente.
LOS DATOS NOS AYUDAN A REDUCIR NUESTRO IMPACTO EN EL MEDIOAMBIENTE
- Controlar la calidad del aire: las tecnologías IA posibilitan la estimación de cómo será la calidad de aire con 24 horas de antelación, pudiendo estimar la contaminación atmosférica, identificando aquellas zonas presentan una menor calidad de aire. De esta forma, se permite a los gobiernos y sociedades adoptar medidas para corregir estas deficiencias.
- Gestionar el agua correctamente: conservar un recurso tan vital es posible recopilando grandes volúmenes de datos para analizar el impacto que la actividad humana tienen en él, incluso previendo la demanda futura del agua.
- Conservar la biodiversidad: monitorizar el entorno natural a través de satélites para analizar la deforestación, supervisar océanos, medir la acidificación… Son ejemplos de actividades que pueden realizarse gracias al Big Data, y con ello, corregir este impacto.
EL BIG DATA EN LAS ENERGÍAS RENOVABLES
Apostar por la utilización masiva de datos puede fortalecer la idea por parte de las energías renovables de competir frente a los combustibles fósiles. La energía eólica, está comenzando a utilizar algoritmos complejos para construir modelos predictivos de las condiciones eólicas, de forma que se determina la cantidad de energía que se va a producir. En el caso de la energía fotovoltaica, el Big Data optimiza la eficiencia de las centrales al permitir que se adapten a la intensidad lumínica del momento, aprovechando al máximo las horas de luz. La energía hidroeléctrica, en su caso, maneja grandes volúmenes de datos para evitar fugas en centrales y tener un mayor control de los caudales de agua, de forma que se desperdicie la menor cantidad posible.
Es importante recalcar que, debido a su actividad, las empresas son uno de los agentes que mayor impacto producen actualmente sobre el medioambiente. Por este motivo, existen numerosas estrategias y acciones que se implementan para minimizar el impacto, buscando: optimizar el uso de los recursos, reducir las emisiones de dióxido de carbono, reducir las emisiones de las flotas de vehículos, anticiparse a las necesidades de reparación y maquinaria…
El “Green Data”, se posiciona como una herramienta poderosa de monitorización y control del desarrollo sostenible.
0 comentarios